Las convulsiones febriles son las crisis convulsivas producidas por la elevación de la temperatura en niños sin déficit neurológico entre un mes y los 6 años de vida.

En la crisis lo que tiene que hacer es evitar que el niño caiga en lugares peligrosos, no se debe detener con fuerza la crisis, observe y mire que ocurre al niño, después de la crisis el niño puede estar agitado, cálmelo. No entre en pánico, no ponga nada en la boca del niño, no agarre la lengua del niño, no lo meta a la bañera o al grifo mientras está con crisis.

Prevenga las crisis evitando la fiebre elevada, las convulsiones en general son en el primer día de fiebre, tenga en su casa antitérmicos como paracetamol, ibuprofeno en jarabe y diclofenaco en supositorios (en caso de vómitos), la dosis de cada uno la recomendará su médico pediatra de acuerdo al peso de su niño.

Compre un termómetro, aprenda a tomar la temperatura, cuando el niño esté enfermo por cualquier causa tómele la temperatura cada 3-4 horas.

En ese grupo de edad (1mes – 6 años) pueden repetirse las crisis, se pueden usar medicamentos antiepilépticos para prevenir la crisis, lo más efectivo siguen siendo los antitérmicos. Consulte al neurólogo pediatra en caso de tener indicado algún antiepiléptico para la convulsión febril.

Si la convulsión fue de una sola parte del cuerpo, o si después de la crisis queda con debilidad en los brazos o piernas o de un lado, si queda con mucho sueño y le cuesta despertarlo, si la convulsión duró mucho y si su niño tiene menos de 10 meses, consulte a un neurólogo de niños.

En los niños pequeños con la primera convulsión febril, se debe realizar una punción lumbar para descartar meningitis.

A todos los niños que presentan convulsiones febriles les realizamos un EEG.

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